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LUIS BARRAGÁN
(1902-1988)
Luis
Barragán nació en 1902, en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Desarrolló su infancia en un rancho cercano a la población de
Mazamitla, siendo éste una remarcable influencia para su vida.
Terminó sus estudios en ingeniería civil y comenzó su
actividad profesional en 1927. A la edad de 20 años vivió en
Europa como parte de su formación, realizó un viaje a España
donde despertó su gran interés por la arquitectura andaluza
y su sensibilidad por los espacios árabes. Además encontró
la idea de que los jardines deberían ser lugares diseñados especialmente
para la meditación y la reflexión.
Su arquitectura se fue desarrollando mediante diferentes evoluciones, ya que
Luis Barragán buscaba una conjunción de la arquitectura mexicana
con las tendencias vanguardistas europeas, encontrando diferentes ideas de
arquitectos y diseñadores.
Tal es el caso del arquitecto paisajista,
ilustrador e intelectual francés Ferdinand Bac quien, con sus libros
ilustrados acerca del tratamiento de los espacios, logró captar la
atención de Barragán influyéndolo en su forma de proyectar,
relacionando el ambiente mediterráneo, ilustrado por Bac, con su nativa
Guadalajara en México. También aprendió de Bac cómo
los elementos tales como las rocas, el agua y el horizonte jugaban un papel
muy importante en el diseño.
De regreso a Guadalajara, Barragán
encontró que dos arquitectos, compañeros de su generación,
compartían las mismas ideas. Éstos arquitectos de nombre Rafael
Urzua e Ignacio Díaz Morales estudiaron junto con él los libros
de Bac continuando su investigación hacia una "Arquitectura Emocional"
transcurriendo así su primer periodo.
El que es considerado como su segundo
periodo coincide con su mudanza a la ciudad de México en 1936, cuando
el movimiento moderno, o estilo internacional encabezado por Le Corbusier
y Mies van der Rohe estaba en auge. De este estilo Barragán adopta
algunas de sus características tales como el dinamismo en el tratamiento
de sus elementos arquitectónicos, en especial de los muros y los espacios
interiores.
Así pues, Barragán comenzó a descubrir su arquitectura, definiendo un estilo muy personal y fácilmente reconocible. Sus proyectos empiezan a concebirse como un juego de planos, luz y texturas. En esta etapa destacan el edificio de apartamentos en la plaza Melchor Ocampo (1936-1940), su casa-taller en Tacubaya y dos obras en el campo del paisajismo: los jardines del Pedregal (1945-1950) y los del Predio del Cabrío (1944), ambos en la ciudad de México, donde se percibe la huella profunda de los jardines islámicos, así como la insistente presencia del sonido del agua.