EL INGRESO COMO EJEMPLO ARQUITECTONICO.

Por Carlos González Ramos.

La vivienda es un sistema formado por elementos arquitectónicos  que desempeñan funciones específicas y complementarias entre sí, en la medida que estas funciones sean resueltas adecuadamente y la relación entre ellas sea correcta, se logra una obra de valor.


Dentro de dichos elementos arquitectónicos podemos encontrar roles diversos, tales como: estructurales, funcionales y formales, cada uno de ellos de gran importancia: el valor de una columna en la rigidez de la estructura o el de los muros en la separación de espacios y áreas. Sin embargo, hay integrantes que desempeñan papeles protagónicos en el conjunto, ya sea por su ubicación, por su uso o por sobresalir visualmente de los demás, uno de estos protagonistas es el ingreso principal.
El ingreso principal representa para el usuario el rostro de la vivienda, la primera impresión de la misma, donde se prevé lo que espera en el interior, ya que es en este espacio donde los moradores externan su imaginación y sus gustos, lo cual permite identificar sus costumbres y preferencias.


Existen normas básicas para el diseño correcto de un ingreso, mencionaré las más importantes con el fin de tener elementos de juicio válidos sobre el tema:


1)  La ubicación con respecto al contexto urbano.
2)  La ubicación con respecto al edificio.
3)  La forma.
4)  La transición.
5)  Las dimensiones.
6)  Los elementos auxiliares.
 

Ubicación con respecto al contexto urbano.

El recorrido que se realiza antes de acceder a una edificación sirve al usuario como preparación para ver, experimentar y hacer uno de los espacios en el interior.


La aproximación a la entrada de un edificio puede variar en su dimensión y duración: hay viviendas cuyo ingreso está localizado en el límite de la banqueta y, por tanto, bastan unos pasos para aproximarse; mientras que existen otras cuya entrada esta más retirada, por lo que el recorrido es largo.


"La entrada debe situarse de manera que quien se aproxime al edificio la vea o tenga alguna indicación de dónde está en cuanto ve el edificio mismo".


Existen tres formas de aproximarse a una edificación:


· Aproximación frontal.


     La aproximación frontal se realiza mediante un recorrido directo y perpendicular al plano de la fachada, lo que permite observar claramente el objetivo visual, es decir, el ingreso.


· Aproximación oblicua.


     La aproximación oblicua consiste en un acercamiento diagonal al edificio, desde uno de sus extremos, de tal manera que el efecto de perspectiva de la fachada principal se engrandece. El recorrido puede diseñarse para lograr una prolongación en la secuencia de aproximación
.
· Aproximación en espiral.


     La aproximación en espiral implica un recorrido alrededor de la edificación, alargando aun más la secuencia del acercamiento. Al rodear el edificio se percibe una acentuación de su volumetría o tridimesionalidad, por lo que se aprecia más el conjunto. La entrada puede o no ser visible en el recorrido.

Ubicación con respecto al edificio.

La ubicación de una entrada principal es una de las decisiones más trascendentes en cualquier proyecto, ya que a partir de ésta se desarrolla generalmente el flujo de circulación de entradas y salidas, y en algunos casos el trazo del resto de la vivienda; es por ello que debe situarse en la fachada mas visible de la edificación.


De acuerdo a la ubicación de ingreso con respecto al edificio podemos encontrar tres tipologías:


a)  Ingresos enrasados.


    Dado que el ingreso significa el paso del exterior al interior de una edificación, la manera más simple de sugerirlo es mediante la ubicación de una abertura, puede ser situada en el centro de la fachada, facilitando la creación de una composición simétrica, o en cualquiera de sus extremos, ignorando la asimetría.


     En este tipo de ingresos es usual la ornamentación, con el fin de darles más realce con respecto al entorno.


b)  Ingresos adelantados
.
     Estos ingresos son por lo general espacios cubiertos que sobresalen del plano vertical de la fachada; se perciben como una extensión de la edificación, que nos acorta el recorrido de acercamiento a la misma.


     El elemento sobresaliente posee la ventaja de dar protección física al usuario, además de ser identificado con mayor claridad.


     Es común ver este tipo de accesos el uso de columnas como elementos de soporte para las cubiertas salientes, al mismo tiempo que actúan como elementos limitantes virtuales.

c)  Ingresos remetidos del plano vertical.


     Al igual que los ingresos enrasados la configuración de éste, está basada en la perforación del plano vertical, salvo que este perforación tiene continuidad hacia el interior de la vivienda. Se puede decir que estos accesos albergan una parte del espacio exterior en el área del edificio.

La forma

Es necesario que el ingreso principal sea claramente identificado por el usuario, ya que es probable encontrar más de una entrada en una edificación.


El resultado formal de ingreso estará dado en gran medida por el manejo del contorno o perfil de la abertura, es decir, de la arista perimetral del plano o volumen. Las aberturas pueden tener diversos diseños, aunque las mas comunes son las de líneas rectas, o rectangulares, y las de arco de medio punto.


"La forma actual de las aberturas de puerta está casi exclusivamente determinada por el ángulo  recto, éste no solo se impone por cuestiones prácticas, sino también  porque corresponde a las simples formas modernas".


Uno de los recursos válidos para dar jerarquía al ingreso es el uso de formas audaces y notorias, de tal manera que sobresalga del contexto de la fachada.


"La forma, el color o la clase de madera sólo pueden determinarse en correspondencia con las jambas,  los escalones o la escalera vista, guardando proporción con las ventanas, con el volumen general del edificio e incluso teniendo en cuenta las características de la calle".
 
 

La transición.

Empezaré citando el significado de la palabra transición: "Paso de un estado a otro de una manera de ser o hacer a otra distinta", es así como en los ingresos ocurre el paso de un ambiente a otro: del ambiente urbano con gran actividad y tensión al ambiente privado o familiar, donde las personas buscan la tranquilidad e intimidad.


"La casa debe tener una intimidad especial, una dignidad totalmente ajena a lo pretencioso, algo sagrado que tiene que respetarse mucho...".


La percepción juega un papel importante en la transición, extendiéndose la primera con el reconocimiento sensible  de los elementos físicos al experimentarlos en una secuencia temporal; es por ello que el recorrido influye en la actitud del usuario al acceder a la vivienda, es decir, un ingreso con mas variantes logra una transición mas agradable.


"Lo extremo de las construcciones está expuesto a la intemperie, lo interno está protegido. El pasaje del exterior al interior es siempre el umbral de un cambio notable".


Es el ingreso donde la persona cambia la conducta que adopta en la calle para entrar a su mundo privado, sobre todo en países  con el nuestro, donde las actividades familiares se desarrollan dentro de los muros.


"Las casas con una transición graciosa entre la calle y el interior son más tranquilas que aquellas que dan directamente a la calle".

Las dimensiones.

Las dimensiones verdaderas de la forma son: la longitud, la anchura y la profundidad; su escala esta determinada por su tamaño en relación al de otras formas del mismo contexto.


El tamaño de la abertura del ingreso principal debe ser mayor que el del resto de los vanos en la fachada. Según normas establecidas, es recomendable un ancho no menor de noventa centímetros y una altura  mínima de dos metros y diez centímetros.


La jerarquía de acceso principal puede ser lograda mediante la altura mayor del volumen que lo contenga o mediante su posición sobresaliente del edificio.


El edificio puede ser más alto en la parte de la entrada y la altura es visible desde la línea de aproximación.

Los elementos auxiliares.

Existen elementos que enriquecen el diseño espacial de los ingresos, y que aun cuando no son determinantes en el aspecto funcional o estructural, sí lo son en la percepción. Dichos elementos son:


El color.- Al hablar de color nos referimos al matiz intensidad y valor de tono que posee la superficie de una forma, y que influye en el valor visual de la misma.


La textura.- Se considera a ésta como una característica superficial de una forma, de tal manera que se manifiesta en el exterior de la misma: acabados lisos o rugosos.


El ornamento.- Este elemento auxiliar juega un papel de gran importancia dado que representa en muchas ocasiones la cultura y gusto de los habitantes. En este renglón se encuentran las molduras que suelen ser colocadas comúnmente  en los ingresos.
Luz y sombra.- Estos factores pueden ser de gran trascendencia cuando son manejados adecuadamente, prueba de ello son las obras del arquitecto Luis Barragán y de algunos de sus seguidores. Esta cualidad se ve reforzada cuando se usan acertadamente los colores.

El ornamento.

Podemos definir al ornamento como el elemento cuyo propósito es embellecer una obra adornándola o engalanándola; es también importante para dar carácter y para enfatizar la cultura que lo genera.
Así como han cambiado las manifestaciones culturales a través del tiempo, ha cambiado también el uso y cantidad de ornamentación en las obras. Se ha notado un ciclo repetitivo en la valoración del decorado: si en alguna época se le usa en abundancia, a la siguiente se le niega y se le condena con la misma intensidad; y cuando la austeridad y sobriedad cansan, se regresa al ornamento.


Podemos notar al ciclo comentado anteriormente en las posturas de dos teóricos de arquitectura muy importantes en este siglo: Adolfo Loos, en su manifiesto "Ornamento y crimen", formulado a principios de siglo, ataca fuertemente  al uso de la ornamentación la califica como un oculto irrisorio al pasado  y como la causa de dilapidación de la salud y la energía humana. Loos propone una ciudad deslumbrante y desnuda, cuyas calles resplandecieron como los grandes muros blancos.
Unas décadas después, Theo Crosby rechaza las propuestas anteriores y crítica la postura mimimalista de los arquitectos racionalistas; en cambio aboga por el reencuentro de la identidad y la retórica  en la arquitectura: "Para crear una identidad, una manifestación del espíritu humano, la retórica es esencial, pero para ser un retórico uno necesita de un lenguaje, de un conjunto de significados, de un sistema de formas".


En el contenido del mensaje de Crosby, el ornamento juega un papel muy importante, por ser éste un medio de expresión de las culturas y tradiciones, haciendo que cada obra sea identificada con su lugar y tiempo.
En los períodos en los que la arquitectura recurre a la ornamentación, ésta es manifestada principalmente en áreas públicas y en fachadas, en particular en los ingresos, por ser estos el rostro de la vivienda. "En realidad puertas y ventanas son siempre lugares importantes para el ornamento, porque conectan los elementos de los edificios con la vida que se desarrolla dentro y alrededor".


La arquitectura mexicana por tradición y por herencia de las culturas madre recurre al ornamento como medio para engrandecer sus obras: desde las grecas y dibujos de gran colorido de los templos prehispánicos, los azulejos y labrados que decoran las fachadas coloniales, y las canteras y molduras que hoy en día se están revalorando.
En la ciudad de Guadalajara, a pesar de las influencias del movimiento moderno (austero y repetitivo), la inquietud individualista de los moradores ha llevado a la búsqueda de una arquitectura criolla, donde se mezclan los muros blancos con celosías de barro y azulejos ornamentales; adaptación tapatía  del estilo internacional.
En la arquitectura contemporánea  tapatía se nota una revaloración de la decoración, entendida ésta como la parte de la arquitectura que enseña como dar a los edificios el aspecto y la propiedad que les corresponde según sus destinos respectivos, respetando sus propiedades y exaltando sus virtudes.
"Tenemos hoy en día una generación de arquitectos que desconoce los métodos tradicionales, cuyo entrenamiento esta limitado por las actitudes conflictivas que adoptaron los pioneros del movimiento moderno. Esa generación estaba totalmente en contra de la cultura prevaleciente, heredada y complicada; su actitud era nihilista...".