La idea de combinar lo mejor del campo con las comodidades de la vida moderna no surge, como podría imaginarse, con el sueño de los suburbios que han arrasado el paisaje urbano de hoy; sino a finales del siglo XIX con las ideas de un visionario llamado Ebenezer Howard.
En esta época, las ciudades dejaban mucho que desear, y el único espacio verde del que los ciudadanos podían disfrutar era el cementerio. Los jardines de los palacios estaban vedados, y la estructura social prácticamente inamovible.
La publicación de un pequeño libro llamado "Las Ciudades Jardín del Mañana" inició un movimiento que logró llevar a la realidad una visión que, aunque ambiciosa, nuca perdió contacto con la realidad.
Tras la constitución de la "Asociación de la Ciudad Jardín" y un par de concurridas conferencias, fue posible que Unwin y Parker dieran forma física al proyecto que Howard siempre señaló como solamente un diagrama. En las propuestas construidas, como Letchworth y Llewelyn Park, el paisajismo británico , una estructura urbana orgánica, y una composición que recordaba a las villas rurales europeas permitieron que la "Ciudad Jardín" se volviera un concepto que influiría posteriormente las ideas de la "ciudad moderna" que la arquitectura demandaría durante el siglo XX.
MATERIAL ADICIONAL: Presentación de "La Ciudad Jardín"
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